En la actualidad, es frecuente la postergación de la maternidad y paternidad, es decir, diferir la idea de tener un hijo/a al límite de lo biológicamente posible. En este sentido, para estos casos es clave considerar la edad del óvulo, que es la misma edad de la mujer (reloj biológico).
Con el avance de la edad, sobre todo a partir de los 35 años, la calidad y cantidad del óvulo comienzan a disminuir, y se va reduciendo la fertilidad de manera progresiva, haciéndose más difícil lograr un embarazo luego de los 40 años. Si bien el “envejecimiento ovárico” se trata de un proceso biológico que no puede frenarse, es posible no acelerarlo. Para ello, es importante seguir las recomendaciones para cuidar la fertilidad mencionadas anteriormente.
En los varones, los espermatozoides reducen su calidad con el paso del tiempo, esto comienza aproximadamente a partir de los 45-50 años. Si bien los espermatozoides están en continua producción a lo largo de la vida del varón, la edad va condicionando la calidad: se mueven menos, disminuye la cantidad, se altera su forma y se afecta su ADN. Por eso, al igual que para las mujeres, es aconsejable seguir las recomendaciones para cuidar la fertilidad.
Por otro lado, además de la endometriosis, existen otras enfermedades que pueden condicionar la fertilidad. Hay que considerar las enfermedades oncológicas, debido a que la quimio o radioterapia que deben realizar como tratamiento, daña de manera irreversible los óvulos y espermatozoides y generan disminución de la fertilidad a futuro. Por éste motivo es que se recomienda consultar al especialista en fertilidad para criopreservar.